miércoles, 29 de diciembre de 2010

¿Es la Confianza la balanza en la relación empresa-empleados?

Javier Sánchez Álvarez, define a la empresa según los stakeholders como “un grupo social repleto de vida, de comportamientos humanos, de estilos y culturas: una entidad, al igual que la familia, dentro de la cual se desarrolla una parte de la propia existencia y a través  de la que se disfruta, se sufre, se ama, se odia, se crece, uno mismo se realiza, se conspira, se apoya, se trazan rasgos de solidaridad, se somete, se castiga, se premia, se honra, se deshonra, se eleve, se humilla… en definitiva un escenario vital de la propia existencia.

Debemos comprender a semejante ente o bien sobrevivir dentro de él de la mejor manera posible, intentando ser conscientes de los motivos y de las vocaciones que nos llevan hasta el mismo, sin esperar nada de LO QUE NO ES”.

Por tanto, el trabajo se realiza por mediación de relaciones con personas y en organizaciones, así  que un término fundamental que aparece siguiendo el hilo, es el concepto de CONFIANZA para ese tipo de relaciones. Su exceso o su defecto, dependerá en gran medida del devenir de las partes, empresa y personas. Y de su futuro.

¿Cómo es la comunicación cuando hay confianza? Fluida, instantánea, sin trabas, hasta se minimizan los posibles errores. Covey comenta que “no hay nada más veloz que la rapidez de la confianza, inclusive más que internet. Es el pegamiento que mantiene unidas las organizaciones, las culturas y las relaciones”. ¿Y si no existe confianza? No hay comunicación, no se escucha. Han oído o sentido alguna vez que tengan que comunicar algo a alguien y esta persona esté mirando al ordenador, en vez de a uno, y le digan sigue que te estoy escuchando. Falso. No se oye, por tanto, como se va a escuchar y entender y asumir el mensaje que se intenta facilitar, por alguna razón. En este caso solamente existe emisor, no receptor, por tanto, no se produce la comunicación. Sería más práctico ponerse dentro de una cueva, y hablar por lo menos a través del eco, uno se sentiría, escuchado.

Por tanto la confianza es una cuenta bancario de nuestro estado emocional, en la cual, se debe evaluar los ingresos y reintegros emocionales para evaluar el estado de la relación, y por tanto, si se está aportando, construyendo o cimentando o si por el contrario, se está denigrando, degradando o destruyendo.

Covey describe diez tipos de depósitos y reintegros que afectan al nivel de confianza en las relaciones.

Depósitos: Procurar primer entender; mantener las promesas; honestidad, franqueza; detalles, atenciones; pensar en ganar/ganar o no hay trato; clarificar las expectativas; lealtad a los ausentes; disculpas; recibir información y transmitir mensajes de Yo; Perdón.

Reintegros: Procurar primero ser entendido; romper promesas; manipulación sutil; no tener detalles, no prodigar atenciones; pensar en ganar/perder o perder/ganar; no cumplir las expectativas; deslealtad, duplicidad; orgullo, vanidad, arrogancia; no recibir información y transmitir mensajes de Tú, guardar rencor.
Pienses en cualquiera de los depósitos y reintegros, y póngale ejemplos en su vida como persona integrante dentro de una organización. Aunque podían poner unos cuantos en primera persona o visualizados por terceras partes.

Stephen lo resume comentado que “la confianza, el sustantivo, se convierte en confiar, el verbo, cuando transmites a los demás su valía y potencial de un modo tan claro que se sienten inspirados para verlos ellos mismos en su interior”. Así como Goethe afirmaba “Trata a una persona tal como es y seguirá siendo lo que es. Trata a una persona como puede y debe ser, y se convertirá en lo que puede y debe ser”.

Cuando una empresa está interesada en incluir un nuevo puesto de trabajo en su organización y establece después de una selección, una negociación con los candidatos finales, hasta encontrar el idóneo, se establece una relación, se pactan o negocian unos objetivos que sean beneficiosos para las partes, que finalmente se firmar o rubrican en un documento. Por un lado el candidato, intenta saciar y alcanzar sus objetivos, no solamente su parte física – lo económico – sino, su capacitación, su desarrollo profesional y otros, a cambio de plasmar su competencia, conocimiento y experiencias, en su nuevo rol, en el que su fortalezas – no olvidemos que es por lo que se contrata a un candidato – generar valor a su otra parte integrante de la relación, su nueva empresa.

Independientemente de muchos factores, la balanza de la confianza pactada en aquel documento, con las intenciones y expectativas de las partes, se verá inclinada a un lado u otro, dependiendo del día a día, del número de depósitos y reintegros que sean establecidos.

Hago una lanza a favor de la empresa, en el sentido de que si el empleado, no cumple con lo pactado, actualmente hay mucha gente en el paro, con suficientes ganas, de subir su confianza, aparte de otras cosas. Pero que ocurre, cuando el que desestabiliza la confianza – aunque tenga la sartén por el mango – es la empresa. ¿Qué ocurre?. Es sencillo, visualizar lo que ocurre, la que perderá en el fondo y sufrirá las consecuencias, seguro que será la empresa, porque no concreta sus expectativas, y es necesaria su adaptabilidad y supervivencia. Ya que el empleado con talento, honestidad, integridad, competencia y responsabilidad, tendrá claro sus principios y valores, y atenderá a una nueva negociación, en la que establecer una nueva confianza, una nueva relación, con un objetivo, misión y visión conjunta, con una empresa que verdaderamente valore sus fortalezas.

Por tanto, un empleado, que reciba una retribución correcta, un buen trato, se le permita el uso de la creatividad y oportunidades  de atender necesidad humanas sin traicionar principios, optará por una cooperación placentera, un compromiso genuino o excitación creativa que maximizará su productividad y beneficios a su empresa, como ésta nunca hubiese soñado o esperado.

Cualquier incumplimiento de alguno de los puntos anteriormente tratados, según Covey minimizará la confianza, la relación, y el empleado, ante dicho estímulo, incertidumbre o casuística, ejercerá o debería ejercer su libertad o su facultad de elegir, para establecer una respuesta, eso sí, con responsabilidad.
Veamos los posibles síntomas:

Supongamos que al empleado no se le tratase con justicia; el sistema salarial no parece justo; nuestro propio salario no refleja con exactitud el nivel de nuestra contribución. ¿Cuál sería la elección del empleado?.¿Y la nuestra?

Supongamos que nos pagan lo correcto pero que no se nos trata bien; no se nos respeta; se nos trata de una manera arbitraria y caprichosa, quizá por el humor de nuestro jefe.  ¿Cuál sería la elección del empleado?.¿Y la nuestra?

Supongamos que nos pagan correctamente, y nos tratan bien, pero cuando se precisa nuestra opinión nadie nos la pide. ¿Cuál sería la elección del empleado?.¿Y la nuestra?

Supongamos que nos pagan correctamente, que nos tratan bien y que podemos participar de una manera creativa, pero se nos dice que cavemos un hoyo y lo volvamos a rellenar o que redactemos informes que nadie va a leer o usar. Es decir, que nuestro trabajo carece de sentido. ¿Cuál sería la elección del empleado?.¿Y la nuestra?

Supongamos que nos pagan correctamente, que nos tratan bien y que podemos participar de una manera creativa en un trabajo significativo, pero a costa de engañar y mentir a los clientes, a los proveedores y a otros empleados.  ¿Cuál sería la elección del empleado?.¿Y la nuestra?.

Hemos estado en algún supuesto alguna vez. Varias veces. Los conocemos. Vemos por tanto, como Covey establece de manera brillante, diferentes suposiciones, por las cuáles, la relación se fragmenta, se estira, o se rompe, estableciéndose una relación perder/perder por aquellas partes, empresa y empleado cuya finalidad era totalmente en su principio lo contrario, ganar/ganar.

Un saludo

Luis Ignacio Martín de Lope
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martes, 28 de diciembre de 2010

¿Inocentada talentosa o El talento tildado de inocentada?

inocenteImage by trackrecord via Flickr
El Outsourcing que en época, ha provocado un gran beneficio a proveedores de Servicios y a Clientes, por los beneficios y posibles ahorro de costes, creo que hoy en día (sin generalizar) por la situación en la que vivimos, por unos por querer maximizar más sin cabe los beneficios (a costa de tener y ser conscientes de prestar peor servicio, por colocar personal no capacitado ni en competencia ni en conocimiento, a lo esperado según las necesidades de servicio o proyecto) y otros por ahorrar en sus costes (de forma lícita ya que son los que pagan), está matando una Gestión de Servicios IT de Calidad.



Todo ello, está provocando que poco a poco, con lástima y angustia, estemos volviendo a la Era Industrial, dónde las personas, vuelve a ser tratados como cosas - pasivos - y los activos, volverán a ser la maquinaria. 

Hay que cambiar el paradigma Tayloriano, que está desembocando la crisis, ese asumir RFP temerarias con tal de hacer un nuevo cliente, a lo corto, por el desastre de servicio o proyecto llevado a cabo, perderá para siempre al siguiente año. Que decir, de las pre-jubilaciones de personal con 45 a 50 años, con experiencia, competencias y conocimientos en el sector, que parece que sale caro. De nuevo a lo corto, contrato personal sin experiencia, que me valga dos duros. Con pena de los que sean contratados a ese efecto, ya que no tienen la experiencia para aguantar dicha presión, y el estrés, creará rotación. Rotación provocará degradación del servicio. Pero eso, ahora vale, da igual.

Actualmente, el personal que es responsable, es competente, trabaja con rigor y viene a trabajar no al trabajo, es sinérgico, y presta un valor al servicio o proyecto en el que lleva a cabo su labor, no es valorado. Solamente, se ve la rentabilidad. ¿Es que esto no se ve, o la crisis no ha puesto una venda permanente en los ojos y preferimos no ver la degradación que se está produciendo?. ¿Cómo se va a ser productivo, con dicha estrategia?. No lo entiendo.

En vez de ver este tipo de diamantes en bruto, que serían su futuro o puntales de su misión o visión estratégica, moldeando, formándoles en sus fortalezas innatas, se prefiere, a los parásitos, a aquellos que no aportan ni un ápice de valor, que muchas veces es preferible que estén malos, o de reuniones, ya que por lo menos, no molestas, con su incompetencia.

Solamente vale facturar, independientemente de valor o el servicio prestado, y esto, es cancerígeno, por que la metástasis estará a la vuelta de la esquina.

En el fondo la telebasura me aburría y cómo no tenía otra cosa que hacer, y además hoy es San Inocente, me pregunté por qué no escribir sobre una inocentada. O es la realidad de lo que pasa actualmente.

Felices Fiestas.

Luis Ignacio Martín de Lope
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jueves, 23 de diciembre de 2010

¿Quién soy?

Yo soy tu más fiel compañero. Soy tu mayor apoyo o tu carga más pesada. Te empujaré hacia delante o te arrastraré al fracaso. Estoy totalmente a tus órdenes. La mitad de las cosas que hace podrías pasármelas a mi, y yo las haría rápida y correctamente. Se me puede manejar con facilidad: sólo tienes que ser firme conmigo. Enséñame exactamente cómo quieres que haga una cosa, y al cabo de unas pocas lecciones lo haré automáticamente. Soy el servidor de todos los triunfadores y desgraciadamente, de todos los fracasados también. Con los que eran fracasados, he producido fracasos. No soy una máquina, aunque trabajo con toda la precisión de una máquina unida a la inteligencia de un ser humano. Puedes usarme para obtener beneficios o para arruinarme, a mí me da igual. Tómate, enséñame y sé firme conmigo y pondré el mundo a tus pies. Sé blando conmigo y te destruiré.

YO SOY EL HÁBITO.........................Anónimo
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martes, 21 de diciembre de 2010

Todos tenemos la libertad y la facultad de elegir

“Entre estímulo y respuesta hay un espacio.
En ese espacio reside nuestra libertad y nuestra facultad para elegir la respuesta.
En estas elecciones residen nuestro crecimiento y nuestra felicidad.”


TODOS somos producto de la elección, no de la naturaleza - los genes - ni de la cultura - la educación – o su entorno. Es indudable que los genes y la cultura suelen ejercer una gran influencia pero no nos determinan.

La esencia del ser humano es la capacidad de dirigir la propia vida. La facultad de elegir el rumbo de nuestra vida nos permite reinventarnos a nosotros mismos, cambiar nuestro futuro e influir con fuerza en el resto de la creación.

Cobrar conciencia de nuestra libertad y de nuestra facultad para elegir nos reafirma porque excita nuestra sensación de posibilidad y de potencial.

Nos determinamos a nosotros mismos por medio de nuestras elecciones. Si hemos entregado nuestro presente al pasado, ¿también debemos entregar nuestro futuro?.”

Por ejemplo, puede que tengamos un jefe totalmente despreciable. Las circunstancias de nuestro trabajo quizá no sólo sean desagradables, sino también injustas. Sin embargo, mediante el uso acertado de nuestra libertad de elección, podemos modificar estas circunstancias e influir en nuestro jefe de una manera profunda y positiva o, por lo menos, protegernos de la obsesión o no dejarnos dominar emocionalmente por las debilidades de los demás. El otro camino sino funciona es evidente cambiar de aires.

Si cambiamos de interlocutor, por mujer o marido, la casuística es exactamente igual. Los estímulos, inquietudes son los mismos y las diferentes libertades y facultad de elegir, nos traerá nuestra respuesta seleccionada. Y sus consecuencias, sean positivas o negativas.

La creencia y el paradigma lo tengo asimilado tanto de forma mental como visualizado y disponible en cada instante, para recordarme en cada momento, cada vez que tenga ese input de estímulos, saber que dispongo de dicho espacio y con la asunción de responsabilidad – capacidad o habilidad de obtener una respuesta – pueda con libertad discernir mi destino o consecuencias.


El miércoles pasado, se dilucidaba una reunión, en principio de oyente, pero al final participante de pleno. Entré con el convencimiento de no aportación salvo que mi opinión fuere requerida. Eso sí, en mi blog de notas, aparecía mi paradigma o diagrama partícipe en la entrada y cabecera de este Rincón TI de Siddartha, por si acaso. La historia descrita por mis compañeros, tuvo lapso fugaz de agotamiento y los estímulos empezaron a llegar. Tomé la decisión, con mi libertad y sin darme paso de palabra, empecé a actuar, para complementar a mis colegas y las consecuencias aún me duran. Se produjo una empatía y unas sinergías, que de grabar la escena mucha gente aprendería que significa el concepto de equipo, no de grupo de trabajo. La historia de nuevo volvió a su transcurrir, complementando las debilidad de alguno de nosotros con las fortalezas del resto. Hubo soltura, descripción, evidencias, emoción. Disculpar la redundancia. HUBO equipo.

Personal y profesionalmente mi percepción, expectativas y satisfacción, de hacer las cosas correctas en pro, de unos ideales, trabajo de todos y cada uno de los integrantes del departamento, refrendado en dicha reunión, para mí fue épico. Asentando más si cabe, el paradigma aprendido.


Si lo comentado, fuere la definición de una estrategia previa a establecer una visión. Y contara que la misión que me llena actualmente fuere “Hacer las cosas correctas intentando en cada acción aportar valor al negocio”. Solamente deberíamos establecer cómo desarrollar la estrategia en pro de obtener unos resultados, a través de un plan de acción comentado. Si elucubramos virtualmente, una actividad camuflada de mejora continua, tendríamos a título particular ese dónde estoy, dónde quiero estar y tener el establecimiento de cómo llegar. Si un proyecto, y fuéramos un eslabón, un clip, y fuéramos uniendo dicha cadena de valor con esos integrantes de la reunión y demás compañeros, formando ese verdadero equipo, complementario, hasta dónde podríamos llegar. No habría límite.


Desafío a reflexionar y meditar sobre ese espacio que existe entre estímulo y respuesta y a que lo usen con buen criterio para ampliar sus libertades y seguir en constante crecimiento, siempre aprendiendo y contribuyendo.”


Gracias Sr. Stephen R. Covey por enseñarme a discernir y aprender dicho flujo conceptual, conocimiento innato – de su libro del Octavo Hábito - e intentar ver sus aplicaciones e irremediablemente me empujes a llevarlo a la práctica, adquirir competencias y vivir con sus maravillosas consecuencias, de libertad y elección.

Un saludo

Luis Ignacio Martín de Lope




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miércoles, 15 de diciembre de 2010

Colaboraciones en http://www.itilv3.es

Comentar que gracias a la gentileza de Daniel Rodríguez Mañé voy ha colaborar dentro del foro que administra http://www.itilv3.es para compartir conocimiento y experiencias de esas tan queridas y apreciadas buenas prácticas en la Gestión de Servicio de TI.

Un saludo

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