miércoles, 23 de febrero de 2011

¿Qué relación existe entre nuestra área de influencia y nuestra área de trabajo? ¿Qué decisiones tomamos en base a dicha relación?

Covey nos describe el paradigma y nos propone que Imaginemos dos círculos; el más amplio es el círculo de las incertidumbres o preocupaciones (lugar dónde ocurren las cosas que nos preocupan o nos interesan) y el más pequeño, es nuestro círculo de influencia (las cosas sobre las que tenemos control o influencia). Por otro lado, nuestra área de trabajo nos la define en una ubicación que, en gran medida, queda fuera del círculo de influencia propio, estando en más de sus dos terceras partes dentro del círculo de preocupaciones.

¿Qué % de la gente se centra en las cosas sobre las que podía influir de manera directa y no en aquellas sobre las que no tenía influencia? La respuesta a dicho estudio es el 31%. Esto significa que por las razones que sea; miedo, estar quemados, no querer salir de nuestra zona de confort u otras, no damos nuestra valía y potencial, no avanzamos, no aprendemos, ni crecemos, ni nos desarrollamos, por tanto, de mantener dicho status quo, a lo largo de los años, muchos dirán que llevan X años de experiencia (es su percepción) y en realidad lo que llevan son X experiencias de un año.

Significa estar estancado, puede que muertos profesionalmente por no querer avanzar ni retroceder, como si nos congelaran durante una serie de años y nos descongelaran después de pasar un periplo de tiempo, y considerásemos que todo sigue igual. Y la cuestión que todo se mueve, el tiempo únicamente avanza, todo cambia, y nosotros debemos reconocer los cambios, asumirlos, amoldarnos y fluir con ellos. Para adaptarnos y sobrevivir debemos tener un fin en mente; incrementar nuestra área de influencia.

No podemos bajar los brazos, ni minimizar nuestra confianza de nosotros mismos, ni matar nuestro espíritu creativo e innovador, por que las circunstancias no sean las apetecidas, por que la empresa no sepa ver el talento que ostenta o que lo vea y simplemente no considere oportuno que debas desarrollarte más, aunque sea en demérito de la misma, por que le hace perder ingresos, minimiza la productividad, restar la capacidad de producción y en definitiva; no percibe su objetivo ansiado, aumentar sus beneficios.

Independientemente del cargo o la posición que ostentemos, debemos y es nuestra responsabilidad que cada día nos  intentemos liderar a nosotros mismos, tanto como personas como profesionales aplicando los cuatro pilares básicos para nuestro desarrollo: la visión, disciplina, pasión y conciencia al borde exterior de nuestro círculo de influencia, hecho que realmente, lo que propicia su ampliación (de dicho círculo). Esto provoca auto-facultamiento. Nos facultamos a nosotros mismos en función del tema, el problema o el desafío que se tenga a mano. Y dicha ampliación se propaga inherente a los demás.

Pongamos dos ejemplos de ayer mismo, una experiencia positiva y una negativa, y observemos si nuestro círculo aumenta o disminuye, y cuáles serían las consecuencias de dicho cambio en nuestra área de confort y de nuestra área de trabajo.

Ayer una compañera, que lleva poco tiempo trabajando con nosotros, rebosante de actitud, ganas, conocimiento y confianza en sí misma, que ha venido de fuera, en busca de su oportunidad de futuro en la que demostrar su valía profesional, recibió una desagradable noticia personal; el fallecimiento del padre de su novio.

Imagínense la escena. Decaimiento, tristeza, emocionalmente con un único deseo, estar acompañando a la persona que adora en dicha circunstancia adversa. Y ¿qué ocurre? Lo lógico es informar a su empresa de dicho hecho pidiendo permiso de un par de días, lo normal. Y algunos lo habrán visto. Como dicha persona no está casada legalmente no le pertenecen días para ausentarse de su trabajo, por lo que su empresa le comunica, que como aún o dispone de días de vacaciones irá en detrimento de días de sueldo. ¿Cómo creen, una vez que pase el trago de dicha desafortunada circunstancia, y al haber sido tratada como una cosa, un gasto por parte de su empresa (ya que esta no piensa en ningún momento en su empleado sino en la puta facturación) se comportará mi compañera? 

Irremediablemente su círculo de influencia se minimizará y como profesional se comprometerá a realizar lo justo. Perderá desde ese momento, la confianza totalmente en su empresa y lo único que le queda es fidelizarse con el cliente. Miren la diferencia, si su empresa hubiese actuado de la siguiente forma. No te preocupes y tómate el tiempo que necesites. Ese tiempo que hubiese sido utilizado sería devuelto, cien veces su valor, por el trato personal recibido. Es o no es cierto. Solamente me queda acompañar en el sentimiento y en lo que toque poder ayudarla en lo que esté en mi mano.

Cambiemos el rumbo y observemos la experiencia positiva. Un compañero, me requiere y solicita si estoy versado en un marco de referencia del Gobierno de TI, aquel que trata de los objetivos de control para la información y la tecnología relaciona (CobIT).

Con sumo placer, como no me había ocurrido en el transcurrir del último mes, y tomando como premisa mis aproximadamente 300 de estudio sobre dicho marco de referencia (en su parte, ámbito y alcance de su conocimiento teórico del marco) años atrás, en 45 minutos, le expuse mi visión sobre el tema, le describí el marco, le tildé su estructura y se lo basé en un ejemplo sobre el que dicho compañero está versado y tiene experiencia relacionándolo con mi pasión, las buenas prácticas de la gestión de servicio de ITIL.

El resultado, ha sido que toda la información dispersa que mi compañero tenía sobre dicho marco de referencia, ha sido recolocada y estructurada sinápticamente en su mente, traspasando mi visión sobre el tema creando una nuevo paradigma, con mera disciplina y con pasión, ya que me encanta transmitir aquello que yo se. Ya que según enseñas lo que haces interiorizas más si cabe la confianza y el conocimiento sobre el tema que expones. Por tanto, ambos hemos sumado en nuestra cuenta de ahorro emocional (nuestra confianza) un gran depósito; hemos incrementado cada uno en su justa medida, nuestro círculo de influencia, por lo que, la consecuencia palpable es llevar a la práctica, a nuestra área de trabajo dicha conocimiento aprendido. Se llama competencia. Esta hará el incremento del desarrollo profesional, ya que brevemente después de la enseñanza, a mi compañero ya le salían modos de aplicación de forma creativa y por tanto de ahí mi satisfacción.

Por tanto, el pararse a pensar brevemente cuál es nuestra área de influencia, nuestra área de incertidumbres y como se imbrica con nuestra área de trabajo, es una cuestión, que nos puede ayudar no solamente en el crecimiento profesional a futuro sino que nos solvente las formas, las iniciativas y nuestras decisiones que debemos tomar en nuestro día a día, ante las tareas a realizar, desafíos o problemas que se nos planteen.

Se imaginan a nivel de cultura profesional en mi empresa, la productividad, la empatía y la creación de sinergias, o en la del cliente, si me dieran papel y boli, o rotulador y pizarra y pudiera transmitir dicho conocimiento y otros basados en mi experiencia y aprendizajes durante mi trayectoria profesional, totalmente aplicables a nuestro día a día. ¿Sería beneficioso dicha relación ganar-ganar? 

Creo, pienso y proyecto que sí.

¿Qué opinan?

Atte.;

Luis Ignacio Martín de Lope
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viernes, 4 de febrero de 2011

¿Por qué no podemos demostrar nuestra valía y potencial como profesionales en nuestro trabajo?

Recapitulando el día en el suburbano, con mi apreciado, empático y sinérgico amigo, lugar en mi caso efectivamente utilizado por mi imaginación, para visionar y darle rienda suelta a la creatividad mientras transcurre mí vuelta del trabajo hacia casa, me aconteció una serie de pensamientos, sentimientos e ideas que tras darle forma intentaré plasmárselas en las líneas siguientes esperando que sean de su agrado.

Los principios de la naturaleza son inmutables y universales, todos conocerán por ejemplo “la ley de la cosecha” cuya consecuencia o mensaje radica que el que siembra recogerá su fruto objetivo o cosecha en la misma proporción que lo sembrado. Así como habrán oído la frase que propugna que “la naturaleza es sabía” pongamos diferentes ejemplos del mundo animal y empecemos a darle forma a las premisas de partida para llegar a la conclusión que reza en la entrada.

Todos habrán visualizado al alimoche, el cuál engulle huevos cuya destreza o valía radica, por ser uno de los pocos casos de uso de herramientas en el mundo animal. Sigue una actividad efectiva y repetitiva cual proceso definido de la mejor metodología, tomando una piedra y lanzándola repetidamente hasta que el cascarón del huevo de avestruz cede, obteniendo el resultado deseado.

Qué decir del Salmón, pez anádromo –que vive principalmente en agua salada y se aparea en dulce – cuya disciplina, sacrificio (inclusive algunos mueren en dicha migración reproductora) y pasión le hace remontar el río para desovar. Qué facultad, o escuela de negocios le ha formado de tal forma su olfato viviendo en su edad temprana en un río y genere la memoria o el paradigma mental suficiente, que haga que recuerde y vuelva exactamente al lugar dónde empezó sus primeros aleteos y nacimiento. 

Por último habrán visualizado a las tortugas que salen de mar para depositar sus huevos. El paradigma asociado que me viene a la mente son los principios básicos de cualquier organización: Adaptabilidad y Supervivencia. La puesta oscila entre 50 y 100 huevos. Pueden ser presa de perros, mareas altas, traficantes de huevos, aves y otros depredadores y roto el cascarón –siempre de noche- las pequeñas (qué coach les habrá transmitido dicha lucha y sentido de vivir) recorren un largo recorrido lleno de obstáculos por la playa hasta llegar a la orilla. Pero aquí nuevamente se tienen que adaptar al entorno, porque la llegada del agua, no significa que sigan estando a expensas de otros depredadores (les suena, competitividad y mercado).









Tornemos siguiendo el hilo al ser humano. También igual que en el reino animal, por dichos principios de la madre naturaleza, desde nuestro nacimiento, partimos con ciertos dones, que a lo largo de la vida, debemos descubrirlos, reconocerlos, estimularlos, experimentarlos, aprender a utilizarlos, hacerlos nuestros, creer en ellos, capacitarnos y obtener su máximo rendimiento para sacar a la luz la valía y potencial tanto a nivel personal como profesional que todos tenemos y disponemos. 

Todos tenemos en mente que antes de correr, debemos andar inclusive gatear aunque este paso del flujo a veces se obvia o no se produce. En el campo profesional, en nuestro trabajo, ocurre lo mismo. Para alcanzar dicho nivel de madurez, de valía y potencial en el cual demos el mayor de nuestros rendimientos para alcanzar nuestros sueños y los sueños u objetivos de la empresa –para que funcione ambos deben ir alineados- con una gran premisa, disfrutar con la tarea o actividad que realizamos, independientemente de la profesión.


Pero una vez albergado una experiencia y conocimiento cuyo objetivo es convertirnos en un auténtico profesional en nuestra materia – me viene a la mente el devenir y camino a ser recorrido por un complejo y entramado mundo de islas, auspiciado e imaginado por mi gran y entrañable buhonero, el Sr. Pita http://oscarcorbelli.tecnofor.es/2011/01/navegando-en-la-nave-tic.html -  llego a la encrucijada que hoy en día es un mal que aparece en las empresas, y que de su decisión y de sus responsables, hace –por lo menos es mi opinión – que la gente no rinda o deje de rendir, por decisiones totalmente incomprensible; me explico.

Al igual que cuando adquirimos el compromiso entre empresa y empleado, plasmado en el contrato entre las partes, se establece una relación ganar-ganar en toda regla (ya comentada uno en pro de sus sueños y la otra en pro de sus resultados con nuestro trabajo). Baste decir, que la empresa, nos contrata solo y exclusivamente por nuestras fortalezas ¿Por qué razón nuestros responsables, no nos ubican en el lugar dónde podamos desarrollar nuestra mayor valía y potencial de resultados?.

Respetando cualquier puesto y profesión, está claro que todos tenemos unas capacitaciones y habilidades. Pero un bombero salvo una excepción no creo que pueda ser controlador aéreo, a menos que, que radique su formación y su entorno profesional. A mí me encanta el tenis, y por mucho que practicara no le devolvería ni un 1% de las bolas a Nadal o Federer, por mucho que le pusiera ganas y esfuerzo.

Pero incidiendo en mi idea auspiciada en el metro. Si yo fuera por ejemplo secretaria, o mi empresa me hubiera contratado para ejercer dichas funciones. Lo que en mi sano juicio haría es indicarle. El lunes harás de secretaria; el martes te pondrás la cofia (con el mayor respeto) y limpiarás la oficina; el miércoles te pondrán el uniforme y vigilarás la entrada al garaje de los coche y personal que entre en la oficina; el jueves harás pases a producción siguiendo las buenas prácticas de no sé qué marco de referencia y el viernes volverás a tu fortalezas, el secretariado. Es exagerado, pero se entiende como la vida misma. No se dan cuenta, que el compromiso y la relación ganar-ganar empieza a mutar ganar-perder o perder-ganar.


Por tanto, en la situación actual en la que estamos –hablo del paro y la situación de las empresas – si le sumamos que a la gente -qué dispone de trabajo- sus responsables no le preguntas sus inquietudes, ni conocen sus circunstancias, ni el lugar dónde lo harían excelso, la capacidad de producir se resiente, y por tanto la productividad baja, y la gente puede acabar amargada, las empresas venidas a menos o en un trecho corto inclusive con tintes de desaparición, y el personal aunque aguante por no disponer de salidas, pero en unas circunstancias que en suma no le interesan ni al empleado ni a la empresa.

No es de extrañar que cada día, la gente con valía, potencial, madurez y profesionalidad busque un camino en solitario, el cuál, aunque no le quite de incertidumbre, hipotecas y otros menesteres, pero por lo menos, le da un sentido a su vida personal y profesional, siguiendo sus principios y valores, que desde su nacimiento, los descubrió y encaminó para empresas y aventuras con auténtico significado.

¿Qué opinan?

Mientras lo piensan y deciden compartir sus comentarios, le añado otra lectura, cuyo mensaje da sentido interior hacia el conocimiento, la valía y el potencial que todos tenemos y disponemos.

Un saludo

Luis Ignacio Martín de Lope
 



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martes, 1 de febrero de 2011

Los efectos de la sordera personal y organizacional

El ser humano dispone de una boca para hablar y dos orejas – el doble – no para oír, sino para escuchar. Estadisticamente por estudios se ratifica que de las siguientes funciones que realizamos a diario, leer, escribir, hablar y oír, el 80% de las veces la dedicamos a esta última. Centrándonos en lo que oímos, el 50% se pierde; y del otro 50% comprendemos la mitad un 25%. Es una lástima y es uno de los problemas que nos acechan y se acentúan tanto en el entorno personal como dentro de las empresas.

Hay una sordera generalizada, que impide nuestro facultamiento, se produce una pérdida de comunicación, y nuestro yo personal se resiente, la parte emocional, mientras que nuestro ego se enaltece coge el timón, y hace a su antojo.

La falta de esa escucha activa, hace que se pierda o se falte al respeto, hace que se pierdan o se enfríen relaciones, disminuye la capacidad de conocimiento, se dificultad la generación de ideas, destruye lealtades o fidelidades.

Por ello, dichos efectos torpedean la cultura si es que hubiere de su existencia, desvirtúa la empatía, degenera la sinergia, produce ceguera y sordera organizativa así como en el terreno personal minimiza nuestra valía, asunción de conocimiento y desarrollo profesional.

¿Lo han visto? ¿Lo han experimentado? ¿Cuál es su estado de ánimo? ¿Y sus consecuencias? ¿Afecta realmente o es fruto de mi imaginación? Se produce una serie de problemas agudos que de no tomar cartas en el asunto se tornarán a crónicos e insalvables.

Cambiemos el rumbo. David Schwartz señala que “la gente grande monopoliza  el proceso auditivo. La pequeña el habla”. Por otra parte si miramos a la historia todos los grandes aprendices son grandes oyentes, así como cuando a nivel personal o de organización hacemos oídos sordos las consecuencias son mentes cerradas de su individuos y pérdida de principios y valores en la empresa.

Por tanto, empecemos a tomar conciencia – experimentemos – y dejemos de hablar y prestemos más atención a nuestro entorno auditivo con la escucha sincera, para comprender primero antes de ser comprendidos. Concentrémonos en mirar al que habla, prestemos atención; por favor no interrumpamos, dejemos que la otra persona termine de expresar sus pensamientos, ideas, emociones y sus puntos de vista. Escuche lo que dicen y lo que no dicen. Escuche las cosas que les atemoriza o los hiere. Por favor, deje de enjuiciar a la persona que tienen enfrente (solamente de juzgar hágalo consigo mismo) y hable con franquezas para evitar malentendidos.

En el plano de la organización, que es un colectivo de personas, el éxito de los negocio estriba en el trabajo de dichas personas, su comunicación y sus relaciones. Si existe una falta de entendimiento, no se logrará nada y la empresa en el fondo desaparecerá. Por tanto, no hay nada que le genera más beneficios a una empresa que el invertir en entender a las personas. Las personas tenemos unos deseos, de ser escuchados, de ser respetados y ser comprendidos.

Dejemos de lado la palabra yo y tomemos el enfoque en el nosotros; seamos agradecidos y perdonemos. Y preguntémonos sin miedos a la persona que tengamos en frente, de forma sincera ¿Cuál es tu opinión?

No hace falta por tanto que vayamos al otorrino para que nos quite y nos desaloje los tapones de nuestros oídos, solamente tomemos la sana costumbre de escuchar, desarrollemos nuestras destrezas auditivas y bajo mi punto de vista y modestia, todo nos irá mucho mejor. Probemos.
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