viernes, 4 de febrero de 2011

¿Por qué no podemos demostrar nuestra valía y potencial como profesionales en nuestro trabajo?

Recapitulando el día en el suburbano, con mi apreciado, empático y sinérgico amigo, lugar en mi caso efectivamente utilizado por mi imaginación, para visionar y darle rienda suelta a la creatividad mientras transcurre mí vuelta del trabajo hacia casa, me aconteció una serie de pensamientos, sentimientos e ideas que tras darle forma intentaré plasmárselas en las líneas siguientes esperando que sean de su agrado.

Los principios de la naturaleza son inmutables y universales, todos conocerán por ejemplo “la ley de la cosecha” cuya consecuencia o mensaje radica que el que siembra recogerá su fruto objetivo o cosecha en la misma proporción que lo sembrado. Así como habrán oído la frase que propugna que “la naturaleza es sabía” pongamos diferentes ejemplos del mundo animal y empecemos a darle forma a las premisas de partida para llegar a la conclusión que reza en la entrada.

Todos habrán visualizado al alimoche, el cuál engulle huevos cuya destreza o valía radica, por ser uno de los pocos casos de uso de herramientas en el mundo animal. Sigue una actividad efectiva y repetitiva cual proceso definido de la mejor metodología, tomando una piedra y lanzándola repetidamente hasta que el cascarón del huevo de avestruz cede, obteniendo el resultado deseado.

Qué decir del Salmón, pez anádromo –que vive principalmente en agua salada y se aparea en dulce – cuya disciplina, sacrificio (inclusive algunos mueren en dicha migración reproductora) y pasión le hace remontar el río para desovar. Qué facultad, o escuela de negocios le ha formado de tal forma su olfato viviendo en su edad temprana en un río y genere la memoria o el paradigma mental suficiente, que haga que recuerde y vuelva exactamente al lugar dónde empezó sus primeros aleteos y nacimiento. 

Por último habrán visualizado a las tortugas que salen de mar para depositar sus huevos. El paradigma asociado que me viene a la mente son los principios básicos de cualquier organización: Adaptabilidad y Supervivencia. La puesta oscila entre 50 y 100 huevos. Pueden ser presa de perros, mareas altas, traficantes de huevos, aves y otros depredadores y roto el cascarón –siempre de noche- las pequeñas (qué coach les habrá transmitido dicha lucha y sentido de vivir) recorren un largo recorrido lleno de obstáculos por la playa hasta llegar a la orilla. Pero aquí nuevamente se tienen que adaptar al entorno, porque la llegada del agua, no significa que sigan estando a expensas de otros depredadores (les suena, competitividad y mercado).









Tornemos siguiendo el hilo al ser humano. También igual que en el reino animal, por dichos principios de la madre naturaleza, desde nuestro nacimiento, partimos con ciertos dones, que a lo largo de la vida, debemos descubrirlos, reconocerlos, estimularlos, experimentarlos, aprender a utilizarlos, hacerlos nuestros, creer en ellos, capacitarnos y obtener su máximo rendimiento para sacar a la luz la valía y potencial tanto a nivel personal como profesional que todos tenemos y disponemos. 

Todos tenemos en mente que antes de correr, debemos andar inclusive gatear aunque este paso del flujo a veces se obvia o no se produce. En el campo profesional, en nuestro trabajo, ocurre lo mismo. Para alcanzar dicho nivel de madurez, de valía y potencial en el cual demos el mayor de nuestros rendimientos para alcanzar nuestros sueños y los sueños u objetivos de la empresa –para que funcione ambos deben ir alineados- con una gran premisa, disfrutar con la tarea o actividad que realizamos, independientemente de la profesión.


Pero una vez albergado una experiencia y conocimiento cuyo objetivo es convertirnos en un auténtico profesional en nuestra materia – me viene a la mente el devenir y camino a ser recorrido por un complejo y entramado mundo de islas, auspiciado e imaginado por mi gran y entrañable buhonero, el Sr. Pita http://oscarcorbelli.tecnofor.es/2011/01/navegando-en-la-nave-tic.html -  llego a la encrucijada que hoy en día es un mal que aparece en las empresas, y que de su decisión y de sus responsables, hace –por lo menos es mi opinión – que la gente no rinda o deje de rendir, por decisiones totalmente incomprensible; me explico.

Al igual que cuando adquirimos el compromiso entre empresa y empleado, plasmado en el contrato entre las partes, se establece una relación ganar-ganar en toda regla (ya comentada uno en pro de sus sueños y la otra en pro de sus resultados con nuestro trabajo). Baste decir, que la empresa, nos contrata solo y exclusivamente por nuestras fortalezas ¿Por qué razón nuestros responsables, no nos ubican en el lugar dónde podamos desarrollar nuestra mayor valía y potencial de resultados?.

Respetando cualquier puesto y profesión, está claro que todos tenemos unas capacitaciones y habilidades. Pero un bombero salvo una excepción no creo que pueda ser controlador aéreo, a menos que, que radique su formación y su entorno profesional. A mí me encanta el tenis, y por mucho que practicara no le devolvería ni un 1% de las bolas a Nadal o Federer, por mucho que le pusiera ganas y esfuerzo.

Pero incidiendo en mi idea auspiciada en el metro. Si yo fuera por ejemplo secretaria, o mi empresa me hubiera contratado para ejercer dichas funciones. Lo que en mi sano juicio haría es indicarle. El lunes harás de secretaria; el martes te pondrás la cofia (con el mayor respeto) y limpiarás la oficina; el miércoles te pondrán el uniforme y vigilarás la entrada al garaje de los coche y personal que entre en la oficina; el jueves harás pases a producción siguiendo las buenas prácticas de no sé qué marco de referencia y el viernes volverás a tu fortalezas, el secretariado. Es exagerado, pero se entiende como la vida misma. No se dan cuenta, que el compromiso y la relación ganar-ganar empieza a mutar ganar-perder o perder-ganar.


Por tanto, en la situación actual en la que estamos –hablo del paro y la situación de las empresas – si le sumamos que a la gente -qué dispone de trabajo- sus responsables no le preguntas sus inquietudes, ni conocen sus circunstancias, ni el lugar dónde lo harían excelso, la capacidad de producir se resiente, y por tanto la productividad baja, y la gente puede acabar amargada, las empresas venidas a menos o en un trecho corto inclusive con tintes de desaparición, y el personal aunque aguante por no disponer de salidas, pero en unas circunstancias que en suma no le interesan ni al empleado ni a la empresa.

No es de extrañar que cada día, la gente con valía, potencial, madurez y profesionalidad busque un camino en solitario, el cuál, aunque no le quite de incertidumbre, hipotecas y otros menesteres, pero por lo menos, le da un sentido a su vida personal y profesional, siguiendo sus principios y valores, que desde su nacimiento, los descubrió y encaminó para empresas y aventuras con auténtico significado.

¿Qué opinan?

Mientras lo piensan y deciden compartir sus comentarios, le añado otra lectura, cuyo mensaje da sentido interior hacia el conocimiento, la valía y el potencial que todos tenemos y disponemos.

Un saludo

Luis Ignacio Martín de Lope
 




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2 comentarios:

  1. Hola Luis,
    Creo que estamos metidos en una circunferencia, el pez que se muerde la cola, la semana pasada oí un comentario que me impacto sobremanera: 'las empresas no quieren personas que piensen, ni se hagan valer, para ellas eso es un problema' y yo entonces me pregunto ¿qué quieren según esta persona las empresas? ¿Robots? Lo veo difícil, muy difícil, siempre he pensado que ahora no se trata de tontos ni de listos, sino de personas que piensan, que saben y resulta cada vez más difícil liderar desde la distancia, habrá quién todavía le parezca bien y disfrute de la pasividad, pero la mayoría tiende a pensar que es preciso crear espacios más libres y de colaboración, no de competitividad.

    Un abrazo,

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  2. Gracias por tu comentario Marga. Ese tipo de personas, individuo arcaico que piensa de esa manera, está aún afincado en la época del paleolítico. Este tipo de personajes debe disponer de gente por debajo de él, que no piense por una sencilla razón, para no poder quitarte o inquietar su status quo de las cabernas.

    Solamente aquellas empresas, que confíen y establezcan una relación ganar-ganar y que dejen hacer a cada uno de sus empleados, aquellos que están capacitados a realizar sobrevivirán.

    El tipo de empresas, que sean liderados por dichos personajes, perecerán antes incluso que tomen conciencia. Es una pena.

    De ahí que en dicho entorno hoy en día, haya más emprendedores, por que el devenir y el pensar de forma generalizada, es de tipos que piensas en la forma que has transmitido. Así nos va.

    Un abrazo

    Luis Ignacio

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