Uno de los grandes problemas que tenemos como seres humanos es seguir hasta límites insospechados, nuestra percepción de la realidad, la forma de ver no el mundo, sino nuestro mundo, sin pararnos a pensar y analizar sí este paradigma grabado a fuego en nuestra cabeza, es el correcto y no es nuestra mente la que nos desvía a su antojo, nos engaña, y maquilla aquello, que no es aceptable para su forma de actuar y de regir nuestro status quo.
Debemos por tanto, plantearnos sí la forma de pensar y actuar que tenemos está planificada por éste ente llamado Mente y cual programa maquiavélico hace que las ideas percibidas del exterior, las mantenga encerradas en una jaula estrecha y oscura, que nosotros con hábito nos hemos fabricado y que tomamos por el universo entero, lo que hace y provoca nuestra incapacidad para obtener una visión clara y por consiguiente no podamos imaginar otra dimensión posible de la realidad.
En el libro que actualmente estoy leyendo "El libro tibetano de la vida y de la muerte" de Sogyal Rimpoché, cuenta un ejemplar relato sobre lo anteriormente comentado teniendo como actor principal una rana vieja que toda su vida la había pasado en un pozo húmedo y frío. Un día fue a visitarla una rana del mar, y entre ellas se produjo el siguiente diálogo.
¿De dónde vienes? - preguntó la rana del pozo.
Del gran océano - respondió la rana del mar.
¿Y es muy grande ese océano?
Gigantesco.
¿Cómo una cuarta parte de mi pozo, quieres decir?
Más grande.
¿Más grande? ¿Cómo la mitad de mi pozo?
No, aún más grande.
¿Es... es tan grande como este pozo?
Mucho más. No hay comparación.
¡No es posible! ¡Eso tengo que verlo yo misma!
Y las dos se pusieron en camino. Cuando la rana del pozo vio el océano sufrió tal impresión que la cabeza le estalló en mil pedazos.
¿Han experimentado alguna vez, estar o ser poseedores de la realidad y de diferentes creencias arraigadas en el tiempo... y alguien les ha abierto la jaula oscura y le ha quitado las vendas, proporcionando una nueva luz, una nueva visión para sus ojos, sus sueños o forma de ver las cosas?
¿Qué opinan?
Efectivamente, nunca se puede estar seguro de nada, hay que mantener una mente abierta y predispuesta al conocimiento, así fue como se produjo el nacimiento de la filosofía. Tener una actitud integradora, de respeto a lo diferente y desconocido, nos hará mejorar. Viajar, leer, relacionarse y jamás pensar que toda la razón esta de nuestro lado. Cambiar no es de “chaqueteros”, es difícil, pero buscar nuevos caminos no hace evolucionar, teniendo que rectificar las veces que sean necesarias.
ResponderEliminarGracias Alberto por tu disertación. El intentar aprender lo desconocido solo es cuestión de actitud y querer hacerlo. Y el realizarlo como indicas nos capacita y nos evoluciona como personas y como profesionales.
ResponderEliminarUn abrazo